domingo, 15 de enero de 2012


PICASSO FUE UN GRAN HIJOPUTA, LO SABEMOS TODOS

 Que me prendan inmediatamente. Que me prendan por haber osado insultar al enorme pintor, al gran hombre, al inmensurable mecenas del arte, idolatrado por la progresía y a quien la derecha es incapaz de criticar.
A Picasso nunca le importó nada que no fuera el mismo. Por el camino hacia la sepultura, pasando, bien es cierto, por el reconocimiento mundial, la fama, el dinero y el placer, abandono todo y a todos: amistades, amores, incluso abandono a sus propios hijos.
Una de las víctimas fue Apollinaire. El poeta al que se puede distinguir entre los arlequines de las pinturas de Picasso, a quien el repugnante enano de cabeza grande, ojos saltones y andares de simio acusó falsamente de haberle robado. 
Que me prendan inmediatamente que quiero declara en sede judicial: Señor juez he osado insultar al enorme pintor, al gran hombre, al inmensurable mecenas del arte, idolatrado por la progresía y a quien la derecha es incapaz de criticar. Me acuso, señor juez, pero es que le he tenido siempre mucho asco.

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