PICASSO
FUE UN GRAN HIJOPUTA, LO SABEMOS TODOS
A Picasso nunca le
importó nada que no fuera el mismo. Por el camino hacia la sepultura, pasando,
bien es cierto, por el reconocimiento mundial, la fama, el dinero y el placer,
abandono todo y a todos: amistades, amores, incluso abandono a sus propios
hijos.
Una de las víctimas fue
Apollinaire. El poeta al que se puede distinguir entre los arlequines de las pinturas
de Picasso, a quien el repugnante enano de cabeza grande, ojos saltones y
andares de simio acusó falsamente de haberle robado.
Que me prendan
inmediatamente que quiero declara en sede judicial: Señor juez he osado
insultar al enorme pintor, al gran hombre, al inmensurable mecenas del arte,
idolatrado por la progresía y a quien la derecha es incapaz de criticar. Me
acuso, señor juez, pero es que le he tenido siempre mucho asco.
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