LA CLAVE ESTEBAN IBARRA

  Las revueltas que se están fraguando como respuesta a los sucesos de Valencia no deberían extrañarnos por cuanto la revuelta de la izquierda marxista siempre ha estado ahí presta a estallar. Presta a estallar por grupos que la Policía tiene identificados. Individuos con nombres y apellidos. Organizaciones cuyo modo de actuar se ajusta a un determinado patrón, pautas y protocolo:

    Estamos hablando de las futuras señorías de la bancada de la izquierda del Congreso y Senado. Incluso del futuro presidente del Gobierno. Estamos hablando de la democracia liberal: un hombre (el que sea), un voto (lo que sea). Un sistema ilegítimo de iure y corrupto de facto.

    Pero no es al difunto Juan Manteca Cabañas, alias "cojo manteca", al que se tendría que traer a la palestra como hace Rafael Martínez Simancas en su columna de ABC (El punto de mira, 5 de marzo de 2012), sino a un personaje más siniestro, al ex-terrorista del FRAP (Frente de Resistencia Antifascista Patriótico) Esteban Ibarra. Un ex terrorista marxista que se encargaba de vigilar a policías nacionales objetivos de la banda, hoy reconvertido en presidente del Movimiento Contra la Intolerancia, que desde su plataforma subvencionada de Jóvenes Contra la Intolerancia aglutino durante años esta algarada, defendiendo a quienes antes, como ahora, se dedicaban a  elaborar cócteles molotov; acudir a las manifestaciones con cuchillos, machetes, cadenas, bates de beisbol y hasta hachas; trabajar con planos de calles; emplearse en romper mobiliario urbano y escaparates de establecimientos comerciales, y robar cuanto se pueda.

    Por eso la única semejanza con el difunto "cojo manteca", un pobre desgraciados cuya afición máxima era limpiar pescado, es que también Esteban Ibarra, y en su caso no por motivos físicos,  le gusta ver la algarada desde la retaguarida esperando acontecimientos.