JUAN
MARÍA DE PEÑARANDA
Hoy nos sale a la
palestra un fulano llamado Juan Mª de Peñaranda, espía, o informador, como le
gusta que se le llame, que sin contarnos nada de nada se está haciendo con un
buen dinerito y de paso se da a conocer.
Asoma la cara el espía
o informador Peñaranda y pese a lo que prometía su libro no cuenta nada de lo
que no supiéramos -que el Estado del 18 de julio se conculco desde las
alcantarillas-, salvo hacernos advertir que se paso media vida escribiendo
notitas y comiendo en restaurantes de cinco tenedores: todo por la Patria.
Termina Peñaranda en
los prolegomenos del 23-F, y sin comprometerse ni comprometer a nadie, puede
que porque en ello le vaya la vida, nos endulza con un capítulo aparte que
precipita la intriga, aunque finalmente no resuelve, pues se pierde en
divagaciones de persona anciana.
Mañana volverá aparecer
otro librito como el de este Peñaranda, también escrito por otro espía o
informador. Pero también ese llegará tarde. Aunque como en el caso de Peñarand,
también este le servirá al susodicho para hacerse con algunos euros de más y
darse a conocer. Al menos que le veamos la cara. Y es que han estado tanto
tiempo en el subsuelo, en las alcantarillas, que a la vejez se hacen ególatras
y hasta se resisten a morir sin que se les vea la jeta.
Váyanse hacer puñetas,
para muchos serán simples lagarteranas.
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