sábado, 18 de febrero de 2012


A DON JESÚS, MI PÁRROCO

 Se lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo, ¡cuidado, don Jesús, porque también Caritas puede saltar por los aires si no se mantiene una postura coherente, acorde con la situación que nos desborda.
    La Iglesia Católica, la única que verdaderamente ayuda a la marginalidad, destina la mayor parte de su presupuesto a obras sociales, destacando como destinatarios, preferentes de dicha ayuda, la población inmigrante, cada vez más dependiente de los católicos practicantes. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que dichas gentes no vayan a solicitar todo tipo de ayudas portando móviles de última generación.
    No insista, don Jesús, estas gentes son así, y nosotros lo hemos consentido, se creen con todos los derechos pero con pocas obligaciones. Ni siquiera, fíjese lo que son las cosas, puede hacer que vayan a la Santa Misa.
    Por eso, don Jesús, no se disguste conmigo porque prefiera ayudar directamente a alguna familia. Española por supuesto.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario