A
DON JESÚS, MI PÁRROCO
Se lo vengo diciendo
desde hace mucho tiempo, ¡cuidado, don Jesús, porque también Caritas puede saltar por los
aires si no se mantiene una postura coherente, acorde con la situación que nos
desborda.
La Iglesia Católica, la
única que verdaderamente ayuda a la marginalidad, destina la mayor parte de su
presupuesto a obras sociales, destacando como destinatarios, preferentes de
dicha ayuda, la población inmigrante, cada vez más dependiente de los católicos
practicantes. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que dichas gentes no
vayan a solicitar todo tipo de ayudas portando móviles de última generación.
No insista, don Jesús,
estas gentes son así, y nosotros lo hemos consentido, se creen con todos los derechos
pero con pocas obligaciones. Ni siquiera, fíjese lo que son las cosas, puede
hacer que vayan a la Santa Misa.
Por eso, don Jesús, no
se disguste conmigo porque prefiera ayudar directamente a alguna familia.
Española por supuesto.