LUIS PALACIOS: UN ANCIANO ORDINARIO

 Luís Palacios, historiador metido en la tercera edad, no ha querido sustraer su cara a la palestra, que otra cosa es la historia, y nos deja un bosquejo de los casi cuarenta años de España a mitad de camino entre la crónica personal, fóbica e interesada, y la radiografía figurada auxiliada por dos ex comunistas, el genocida Santiago Carrillo y Ramón Tamames hoy en las FAES, y el múltiple rectificado Stanley, la mosca cojonera que husmea en todas las mierdas.

    Bosquejo digo; esto es, idea vago, no perfeccionada y por concluir de casi cuatro décadas de España que el anciano Palacios retrata en relación con su particular historia familiar y personal. Sin duda alguna frustrada y frustrante.  

    Crónica persona fóbica e interesada porque en su paranoia, puede que porque ya no le funcionen correctamente las neuronas, el anciano Palacios relaciona toda la corrupción actual que el sistema ha venido generando con aquella época. A pesar de que entre una y otra medie la nada despreciable cantidad de casi cuarenta años. 

    No acierta Palacios, puede que porque mentalmente ya no llegue, a definir lo que el mismo llama franquismo, del que se limita a decir que fue malo per se. Negándole, incluso la transformación económica que España experimentó bajo la autoridad indiscutida e indiscutible del Caudillo, que para el anciano Palacios se hizo a pesar de Franco. Para terminar achacando al Régimen del 18 de Julio el carácter cainita tan propio de los españoles cuando no son bien dirigidos.