jueves, 19 de noviembre de 2015



Notas para una crítica al régimen del 78

Considerar que el régimen del 78 llegó tras la ausencia de cuatro décadas de cualquier normalización constitucional, es no dar valor a la Reforma que lo propicio, que fue votada mayoritariamente por unas Cortes legítimas, órgano legislativo del Régimen del 18 de julio, acto sin el cual no se hubiera podido llevar a cabo. Argumentar que el régimen que dio vida a la Constitución hoy vigente fue fruto de la grandeza de un consenso, es obviar la causa principal, la imperiosa necesidad que se tuvo de omitir las complejidades para no llegar a las manos. Prescindir del engaño que encerró la Reforma, que fue la que encarno la Ruptura, es seguir sosteniendo todo el entramado del régimen sobre la mentira más burda y soez. Y obviar que todo este proceso que ha llegado hasta hoy, y que ya no aguanta más, contó con el favor de la Corona, la no intervención de las Fuerzas Armadas y el creciente desinterés de los ciudadanos, es querer salvar lo insalvable: Al Rey, al Ejército y al Pueblo.
    Me gustaría decir cosas mejores de mi patria, sería genial, pero no, para nada. No puedo. En esto estamos todos los patriotas atrapados. Sólo espero que las cosas cambien, que miles de españoles activen la memoria y perciban en toda intensidad de crudeza dolorosa el desarraigo nacional que ha creado esta época de bastardos y corruptos, obsesionados en retratarla desde su mejor pose.  
    O la sociedad española se moviliza. O esta tropa de diferente pelaje terminará cargándose definitivamente España. Hay que pararles los pies, hacer que se cumpla la Ley y mandar a la mayoría de ellos a la cárcel. Sólo así estaríamos en un Estado de Derecho. Los pueblos no se rebelan una sola vez en la Historia. Los pueblos con conciencia histórica y pertrechos de su identidad lo hacen siempre que hay peligro. Siempre que no se cumple la Ley.  
   



Vencidos y decadentes
 


En España se olvida rápido y no se hace pagar a nadie. Me refiero, claro está, a lo que estuvo del otro lado y a quienes ocuparon en ese lugar un sitio preferente. ¿Se imagina alguien que hoy saliera a la palestra pública alguno de los implicados en la matanza de los Abogados de Atocha? Al menos ellos han guardado silencio y siguen haciéndolos después de cumplir su pena. Que es lo que siempre, hasta hoy, se consideró decente.
    Decimos que se olvida rápido y no se hace pagar a nadie, y algunos, los más osadamente estúpidos, que los hay y son muchos en España, van y dan en recordarnos la caridad cristiana, haciendo comparaciones que ni vienen a cuento y son desproporcionadas.
    Así, y siguiendo el argumento que da cuerpo a este comentario, y sobre la crónica del Acto celebrado en la sede de la Hermandad de la Vieja Guardia, en la tarde del jueves 11 de junio del 2015, en la que el ex camarada “Verdu”, perteneciente a los GRAPO, presentó, con un público totalmente entregado, su libro: "Los Mitos del Franquismo", paso a enjuiciar la crónica de un acto que considero de todo punto surrealista.  
    Hasta la bandera, como en las mejores ocasiones, bien es cierto que con la bandera dentro del local y con un público mayoritariamente anciano, el respetable escuchó en riguroso silencio lo que no vio ni retuvo de su pasó por la historia, que es lo mismo que hoy les pasa a los jóvenes, que ni leen ni se dejan enseñar.  
    Abrió el acto Carlos Batres, presidente de la Hermandad, que agradeció “la presencia del autor y su apuesta por la verdadera Memoria Histórica y no por la malintencionada interpretación que de ella se hace ahora”, tras el cual intervino Carlos Rodríguez, jefe nacional del T.N.S. (Trabajadores Nacional-Sindicalista), que puso de relieve “la importancia de celebrar este tipo de actos en un local tan histórico” y que tras repasar la bibliografía del ex terrorista marxista que se libró de ser ejecutado, le concedió la palabra.
    Pío, o ex camarada “Verdu”, agradeció a la Hermandad, no es para menos, su apoyo en la venta de sus libros, y departió al final del acto dudas y puntos de vista con los allí presentes en entrañable camaradería, firmando a continuación ejemplares, supongo que con dedicatorias distintas según los comentarios que escuchase.
    A todos ellos se les olvidaba que este individuo, y tantos otros que hoy pululan como si nada hubiera ocurrido ni fueran responsables de la situación que hoy padecemos, comenzó su carrera desde el compromiso con el PCE y la URSS en toda clase de campañas, sin descartar, como fue su caso, el terrorismo. Antifranquista primario, practicó un análisis político sectario, usando y abusando de la retórica ideológica soviética, en una época que ya no era admisible por el amplio conocimiento que se tenía del horror comunista, defendiendo incluso a los Jemeres Rojos de Camboya, que cometieron los crímenes más espantosos y abominables.
    Se olvida, pues, que aquella trágica razón que sostuvo “Verdu”, y tantos otros, fue la que en buena parte propicio y dio impulso a la Transición que tan cara está pagando España. Una siniestra razón que algunos defendieron con apenas retoques hasta el año 2007, como fue el caso de otro encumbrado, Hermann Tertsch. Estamos hablando de individuos a los que no se tuvo que haber consentido nada, y en el caso de Pío haber ejecutado. Sin embargo, de todos ellos se han olvidado sus apestosas biografías, muchas de ellas manchada de sangre, que en el caso de Pío está ratificada por sentencia firme. Pero ellos, encumbrados por el egocentrismo y sostenidos por sus tropas, incapaces de percibir que quien es causa de la causa, es causa del mal causado, siguen sin darnos la noticia de que se han pegado un tiro en la sien.